Sinesio de Cirene (370-413 d. C.) fue alumno de la escuela neoplatónica de Ipazia. Escurridizo e inclasificable, sus obras se enmarcan en un ámbito de escritura periférica y en el terreno más difuso y marginal del neoplatonismo alejandrino. Sinesio aparece identificado como un obispo sin convicción, anclado en el modelo de la paideia griega y ajeno al panteón oficial de la teología alejandrina y la filosofía helenística. Los especialistas lo describen, se diría que en términos bolañescos, como un «poeta armado», un «gentilhombre de campo aficionado a la caza y a la lectura» o «un diletante con innegables virtudes logísticas». Aunque la historiografía oficial ha desplazado sus obras a un segundo plano, éstas constituyeron, no sin razón, verdaderos «best-sellers» de su tiempo.