Papel de verdad ecológico

Tal como llevan denunciando en los últimos años Greenpeace y otras organizaciones ecologistas, creemos que  los sellos FSC y PEFC (con los que se presentan en España la mayoría de los libros que aspiran a ofrecer una imagen de sostenibilidad en relación con la gestión de los bosques) no garantizan absolutamente nada en términos ecológicos o de derechos humanos, salvo el lavado de conciencia de quien corresponda.

Por desgracia, hoy en día la única producción verdaderamente responsable es aquella en la que el editor pueda conocer de manera fehaciente el origen del papel que utiliza y la realidad detallada de los distintos procesos industriales que ha sufrido, y ser así garante de su sostenibilidad a la hora de convertirse en libro. Esto es lo que haremos a partir de ahora.

En este sentido (y salvo hipotéticos casos excepcionales desde un punto de vista técnico o contractual), nuestros libros se imprimirán en dos tipos de papel con los estándares de sostenibilidad más exigentes:

PAPEL A:

Tras muchas pesquisas con todo tipo de organismos y fábricas de papel —muchas de ellas llamativamente opacas a la hora de ofrecer información—, hemos llegado a un acuerdo con una papelera que consideramos (nosotros y el World Wildlife Fund, WWF) una de las más ecológicas del mundo. Hemos elegido esta fábrica porque:

– funciona con bio-combustibles locales (cero emisiones de CO2 fósil).

– el origen de la madera es estrictamente local y tanto la gestión de los bosques como la cadena de transporte no sólo tiene todos los sellos oficiales imaginables, sino también la máxima calificación de la auditoría independiente de WWF.

– utilizan entre 3 y 4 litros de agua para producir un kilo de papel (la media europea es de entre 10 y 15 litros según los documentos EU BAT de la European Enviromental Agency).

– cada tonelada del papel concreto que utilizaremos nosotros implica unas emisiones certificadas de 365 kg de CO2: un 50% menos que la media europea (según el dato de Eurograph-Asociación Europea del Papel Gráfico) y un 75% menos que la media española (según el dato de la Asociación Española de Fabricantes de Pasta, Papel y Cartón).

– el transporte hasta Salamanca, donde está la cooperativa donde imprimimos, tiene unas emisiones también comparativamente bajas (en torno a 75 kg de CO2) gracias al uso de trenes de largo recorrido para buena parte del trayecto.

– además, haremos una fabricación de papel propia, destinada en exclusiva a nuestros libros y adaptada a nuestro formato, lo que nos permitirá reducir el desperdicio casi a cero.

PAPEL B:

Nuestro segundo tipo de papel será un papel 100% reciclado, con unas emisiones certificadas de 242 kg de CO2 por tonelada, entre las más bajas del mundo para papeles de alta calidad de impresión. ¿Y por qué no usamos sólo papel reciclado? Por dos motivos.

Primero: aunque parezca increíble, el papel reciclado es más caro que el mejor papel de fibra virgen (puro capitalismo: menor demanda = menor oferta = mayor precio), y a día de hoy no podríamos financiar el 100% de nuestra producción con esos costes.

Segundo: en la actualidad, y hasta donde nosotros sabemos, sólo hay dos pequeñas fábricas, ambas en Austria, que distribuyan papel reciclado de alta calidad en nuestro país, por lo que tanto los suministros como los plazos no están del todo garantizados.