Sinopsis
En este libro, que relata algunos de los episodios más reveladores de la vida de Nietzsche, Overbeck no pretende ofrecer un análisis filosófico de su obra, sino mostrar a Nietzsche en tanto que hombre: un hombre en minúscula, un pensador colosal de vida insignificante, capaz de alojar, como todos los hombres, miedos y gestos vanos, o ser caprichoso, o verse incapaz de sobrevivir a una velada en compañía de mujeres bellas o atrevidas o ambas cosas a la vez.
Así descubrimos que la soledad de Nietzsche es la de cualquier hombre; que su anhelo de grandeza es el de todo talento ególatra, torpe hasta la ternura en el manejo de uno mismo; y que su deseo de una vida auténticamente filosófica es una maquinaria que se atasca en las largas jornadas de este animal violento y maravilloso. ¿Pero quién podría adentrarse de verdad en los dominios del lobo y compartir su hambre, rebañar sus huesos, ignorar su furia? Overbeck lo hizo, y gracias a su testimonio, traducido ahora al castellano, también nosotros descubrimos al hombre que dijo ser dinamita pero que nunca dejó de ser un hombre.